Plog es el registro de un viaje de aventuras mentales. Acá no hay nada importante, es solo una colección de ideas, pensamientos y experimentos que surgen de la exploración, la meditación y un poco de ganas de cuestionar todo.
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El yoga y la ciencia son dos ramas del mismo árbol. Aunque parezcan dos disciplinas inherentemente contrarias, comparten el espíritu. El ser humano, desde que tiene la capacidad de pensar, reflexiona sobre su propia existencia y su lugar en mundo. Estas inquietudes han sido causa tanto de dicha como sufrimiento, ya que, al final no hay evidencia que satisfaga la inagotable racionalidad.
La ciencia
Para la ciencia, el universo se formó en un solo evento del que se desconoce que había antes. En su inicio, no había más que un ínfimo punto de altísima densidad y temperatura, que, gracias al tiempo -y otras cuestiones astronómicas- se fue expandiendo y posteriormente, creando átomos, galaxias, estrellas, planetas, bosques, montañas, animales… En la actualidad el modelo cosmológico predominante es el Big Bang, el punto inicial en el que se formó la materia, el espacio y el tiempo.
Toda la belleza de este mundo, todos los seres que lo habitan, todas las personas que han transitado, todos los pensamientos y las palabras dichas, todo el arte, toda la música y las celebraciones, incluso todos los males y desgracias, toda la civilización y la tecnología, todo el amor, vos que estás leyendo esto y yo, todo en algún momento fue una sola cosa. Fuimos uno.
Este modelo, es una teoría que es consistente con nuestro desarrollo y paradigma científico actual. Esto quiere decir, que es la forma que tenemos de explicar la esencia del universo, su existencia en sí, en el lenguaje que conocemos y que es convencionalmente aceptado por la mayoría de los seres humanos: la ciencia.
Ahora bien, que usemos esta forma de explicar el cosmos y la existencia, que quizás es la que más nos resuena dado nuestro contexto cultural y social, no quiere decir que sea la única. Si de algo nos podemos jactar los humanos es de la creatividad de nuestras mentes, de los infinitos mundos que somos capaces de crear para explicar lo que sucede a nuestro alrededor y también en nuestro interior.
El yoga
Pero, ¿qué tiene que ver el yoga en todo esto? Básicamente, todo. El yoga no es una disciplina que nos viene a brindar flexibilidad y fuerza al cuerpo físico. Si bien es el uso más extendido, particularmente en occidente, no es su esencia. El yoga es una cosmología en sí misma. Es una forma de explicar el mundo. Es la puerta de entrada que tiene el intelecto para comprender de forma experiencial la esencia de la vida.
A diferencia de la ciencia, el yoga no indaga afuera ni busca pruebas con la mente. El yoga es otro lenguaje que le da sentido al todo, pero esta vez la respuesta no va a estar en papers científicos ni en fórmulas matemáticas. No se trata de creer ni de explicar, se trata de vivirlo. El yoga y sus diferentes técnicas, preparan al cuerpo físico para la unión aparentemente perdida con el cosmos: esta separación solo existe en el pensamiento, en la falsa idea de que somos algo que está en el universo y no que somos el universo.
El yoga nos recuerda nuestra verdadera naturaleza. El yoga refleja lo que la ciencia no puede hacer, le da sentido a nuestra existencia recordándonos que somos más que átomos coexistiendo y evolucionando. El yoga no va a llegar a tu vida a mostrarte nada sobrenatural ni que no conozcas, el yoga es un camino de regreso a casa.