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Plog es el registro de un viaje de aventuras mentales. Una colección de ideas, pensamientos, experiementos e historias sin un hilo en común más que la misma subjetividad y experiencia de quién escribe. temas recurrentes: sci-fi, yoga, astronomía, filosofía y salud

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© 2024 Paula Licausi

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El parque

Se figuraba una imagen en millones de pantallas de forma simultánea: se veía gente feliz en aquel parque. Se los veía reír e intercambiar sonrisas con sus amigos, tomar mate, cerveza o comer algo. El sol siempre irradiaba ese pedazo de tierra, que estaba cubierto de un césped siempre brillante y de algunos arbustos que delimitaban la barranca con el río.

El río estaba calmo, decorado de embarcaciones de todo tipo; kayaks con aficionados jóvenes que estaban en busca de aventuras, lanchas con gente bien acomodada que disfrutaba su día libre e incluso grandes barcos areneros o de carga que provenían de países cuyas banderas eran irreconocibles.

Y tras todo ese juego de barcos había más tierra, tierra desconocida para cualquiera. Nadie sabía que había más allá. Pero por encima de aquella isla desconocida estaba, distribuido como una sábana recién planchada, el cielo, de tonos celestes, impecables y limpios. Era un cielo que ignoraba lo que una nube era.

Diversas texturas musicales sonaban en el parque. Guitarras con canciones pop de los 90, ukeleles que retumbaban sus dulces cuerdas con la brisa del atardecer y aparatos electrónicos de lo más sofisticados con música aún más sofisticada. Todos coexistían con equilibrio total y todos eran felices.

Detrás de esa mezcla musical se escuchaban por lo bajo susurros, secretos, voces de todos los que estaban allí, palabras que merodeaban en el aire. Pequeños sesgos religiosos impregnaban los pensamientos de los que llegaban por primera vez al parque. Y con el tiempo, se van apagando y va predominando la paz y la tranquilidad en masa. La paz, un concepto que en éstos tiempos ha quedado olvidado.

Aparte de la barranca, el otro delimitante de “el parque” es una baranda. Esa baranda que contornea ese pedazo de tierra que se asemeja al olimpo.

Pero como en todo lugar sagrado, y a pesar de los pensamientos de los más creyentes, en todo sitio de una sociedad post-capitalista y en guerra, alguien o algo tiene que hacer que sea realidad. Porque para que alguien sea feliz, otros tienen que pagar el precio de la infelicidad.

Los avances tecnológicos han permitido construir lo que se llama sociedad “post-capitalista”, a diferencia de ese sistema obsoleto y dañino en donde lo que más importaba era la posesión material y conseguirla a costa de los demás. Hoy, el mundo ha evolucionado, la principal mercancía es la felicidad, pero se ha logrado que esta sea a costa de las IA y no de otros seres humanos.

Mientras esa escena corría en dispositivos de todo el mundo, se escuchaba una voz en off que decía:

“El futuro a llegado y el parque es uno de los miles de millones de terrenos que se han implantado para absorber felicidad, gracias al nuevo sistema, que está disponible para humanos.

En los parques podrán encontrar guardianes. Los guardianes son IA con formas casi humanas, de metales brillantes y ojos que se asemejan a los de cualquier ser vivo. No emiten sonidos, sólo encienden una luz que se torna verde o roja dependiendo de si el humanos en cuestión está habilitado a ingresar al parque. Su único criterio es que quien intente ingresar venga en son de paz.

Los guardianes son amigables, confiables y agradables. Es decir, las mejores cualidades humanas pero con un detalle aún mejor: no son humanos, no podrán robar tu felicidad.

Además, ingresar a los parques es gratis. Fueron construidos por y para todos ustedes. Para el único fin exclusivo de su felicidad. Aléjense de el gris de su ventana y vayan a pasear a uno de los tantos parques que el nuevo sistema a instaurado para su felicidad. Confíen en nosotros como nosotros lo hacemos en ustedes. Vengan a pasar los mejores ratos en familia, amigos o pareja. Vengan a olvidarse de las desgracias del mundo. Venga a un lugar donde todos son de confianza. No esperen más, la felicidad está a una cuadra de sus casas. Y recuerden, ¡la entrada es libre y gratuita!”.

Créditos: Foto de portada Windows XP